Me culpo por quererte — Gilraen

Описание к видео Me culpo por quererte — Gilraen

Me culpo por quererte, me culpo por creerte...

Música:
♫Ricardo de Santiago - Lluvia
Link:   • 🌧 Lluvia - Ricardo De Santiago (Origi...  


¡Escúchame en SPOTIFY! 🎧 → Gilraen Eärfalas

L e t r a:
Me culpo por quererte,
por inventarte,
porque sin mi imaginación no eras nadie,
pero creí que ya nadie había para mí.
Me culpo por quererte,
me culpo por creerte,
tú hablabas de cuidarme,
no lo hacías,
pero con tus palabras ya me sentía protegida.
Tú me hablabas de amor,
no lo hacías,
pero con tus palabras ya me sentía amada.
Me culpo por conocerte,
porque yo accedí a ti.
Yo tan pequeña, tan tonta, tan ilusa y tan ingenua,
tú tan grande, tan maduro, tan perverso y tan infame.
Viste en mí esa pequeña gacela deslumbrada ante la luz de una lámpara a mitad de la noche,
pasmada ante el golpe de tu disparo,
cayendo en las garras de tu trampa revestida de palabras que sabías que quería escuchar.
Yo no tenía a nadie,
lo sabías sin siquiera indagarlo,
se me notaba en mi desesperada búsqueda de ti.
Yo era lo que no sabías que buscabas, dijiste.
Yo te hice sentir lo que en más de tres décadas nadie te había causado, dijiste.
Porque yo era tan hermosa y tan dulce
como caramelo reluciente,
y tú tan muerto de hambre desde no sé cuándo.
Me culpo por quererte,
me culpo por creerte,
por pensar que sería una cita de café,
donde seguramente me preguntarías
si me gusta el amarillo o el rosa,
si prefiero las peonias o los girasoles,
el mar o el bosque,
loa besos o los abrazos.
Tonta yo, que me puse un vestido a rayas porque era lo mejor de mi guardarropa,
tonta yo que usé los tacones más altos para que te alcanzaran mis brazos,
tonta yo que nunca pensé que tendría que correr.
Tonta yo que pinte mis labios de rojo cereza,
tonta yo que solté mi cabello,
tonta yo que usé ese perfume con notas de fresa.
Yo era un banquete para las bestias.
¿Dónde estaba aquel café?
¿Dónde estaba aquel hombre que me miraba con dulzura?
¿Quién era el que conducía el volante?
«Cierra los ojos,
cierra los ojos,
es una sorpresa»
Una parte de mí quería correr,
la otra aún te quería creer,
porque no podías dañarme,
tú no lo harías.
Tú me querías ¿verdad?
Dejé de reconocer las avenidas,
mi corazón latía de prisa,
«no temas,
no temas».
Me culpo por creerte.
En medio de nada,
cuando el sol se metía entre las montañas,
un rayo besó mis ojos,
un pequeño calor bailarín me hizo erizar la piel,
quería gritar,
pero era tarde,
yo tenía la voz ahogada en algún abismo,
con el corazón corriendo el maratón más largo de su vida,
con el miedo haciendo fiesta en todo mi cuerpo,
me tomaste como si fueras un león embravecido,
me golpeaste como si yo pudiera herirte,
yo ni fuerzas tenía,
me sujetaste como si fuera a escapar,
no tenía a dónde ir,
me mordiste,
me lastimaste,
estallaste mis cristales,
robaste todo lo que guardaba entre cerrojos.
Fui un sitio de derrumbe y desolación,
Hiroshima y Nagazaki
fueron mis pechos destruidos,
las torres del 21 de septiembre fueron mis muslos.
Mi paraíso era un huerto marchito.
Dejé de pertenecerme,
dejé de encontrarme,
yo morí en tus pesuñas,
míralas y seguro que me encuentras.
Sigo sin reconocer mis propios dedos,
no puedo volver a sentir caricias,
no puedo comer sin sentir náuseas,
no puedo bañarme y sentirme limpia,
no puedo usar ese vestido a rayas,
no puedo usar esos tacones,
no puedo sentirme feliz de ser mujer,
no puedo confiar
porque a ti te creí y...
me mataste.
Sigo con vida
y ese es el peor asesinato de la historia.
Te fuiste,
pero sigues en mi cabeza,
volviendo como pesadilla,
en siete de cada diez sueños
vuelves a lastimarme,
a jurar que acabarás conmigo,
con los pocos brotes que sobrevivieron la avalancha.
Siete de cada diez sueños vuelves a lanzarme por el abismo,
tres de cada diez sigo buscándome en ese abismo, gritándole a ese cuerpo que resista,
que iré por él en cuanto deje de rascarme los poros.
No sé si sigas vivo,
no sé si puedas dormir o verte al espejo,
porque yo no puedo,
día a día lucho por reconstruirme,
por buscar las piezas que perdí en las calles,
pero siempre estás tú,
no puedo volver a querer porque regresas,
nadie puede tocarme
porque se convierten en tus manos,
nadie puede mirarme
porque son tus ojos,
nadie puede amarme
porque ya no le creo.
No puedo ponerme la mano en el pecho,
porque hasta de mis manos tengo miedo.
Soy ruinas,
pero fui imperio.
Arrancaste las flores,
pero no la raíz,
volveré a florecer.

Autor: Gilraen Eärfalas
Todos los derechos reservados ©



Les dejo el contexto en comentarios porque ya no me alcanzan los caracteres que permite YouTube en la caja de descripción.

Комментарии

Информация по комментариям в разработке