Valladolid, la ciudad fantasma

Vídeo publicado en www.tribunavalladolid.com

Valladolid, las cuatro de la tarde. El reloj del Ayuntamiento hace sonar cuatro contundentes campanadas en el cielo. Alrededor, lluvia y prácticamente ni un solo alma por las calles. La ciudad, concienciada, cumple a rajatabla las medidas del estado de alarma que han entrado en vigor desde este mismo lunes en la lucha contra el coronavirus. El panorama, si bien demuestra un compromiso fuerte de la ciudadanía, es desolador.

Tiendas cerradas, calles vacías y apenas un puñado de personas dejan claro, bajo las finas gotas que caen del cielo, que Valladolid tiene claro lo que tiene que hacer. La Plaza Mayor, Fuente Dorada, la calle Constitución y Santiago, el Paseo y la Plaza Zorrilla, la Acera de Recoletos. El centro apenas recogía a un puñado de personas, y la situación en los barrios no es muy diferente.

Las únicas excepciones permitidas para poder echarse a la calle, las ya conocidas. Para comprar alimentos, fármacos, para ir al banco o a hospitales. Y para ir a trabajar si no hay otra alternativa, además de para pasear al perro. A más de uno empieza a echársele la casa encima, pero habrá que tener paciencia durante unas semanas, tiempo durante el que Valladolid seguirá siendo una ciudad fantasma.