Скачать или смотреть Los ojos del odió | Segunda Guerra Mundial

Joseph Goebbels sonrió a Alfred Eisenstaedt hasta que descubrió que este era judío; en ese instante, su expresión cambió drásticamente, y Eisenstaedt logró capturar ese momento en una de sus fotografías más célebres.

El ministro de propaganda nazi parecía animado y despreocupado cuando conoció al fotógrafo en la reunión de la Sociedad de Naciones en Ginebra, en septiembre de 1933. En un primer plano, Goebbels aparece sonriente y distendido. Sin embargo, al enterarse de que el reportero gráfico de la revista LIFE era judío, su rostro se transformó por completo.

Cuando Eisenstaedt se acercó para tomarle un retrato más cercano, Goebbels dejó atrás cualquier gesto cordial. En lugar de sonreír, frunció el ceño con una expresión de odio absoluto. La fotografía resultante lo muestra con los que Eisenstaedt llamó sus “ojos de odio”; su postura rígida transmitía una enemistad casi palpable.

Al inicio, Goebbels había permitido algunas tomas en las que aparecía incluso jovial, pero en el libro Eisenstaedt on Eisenstaedt: A Self-Portrait (1985), el fotógrafo de entonces 87 años relató cómo obtuvo la imagen más poderosa:

“Lo encontré sentado solo en una mesa plegable en el jardín del hotel. Lo fotografié a distancia, sin que se diera cuenta. Esa foto puede tener cierto valor documental, pues sugiere su aislamiento.

Más tarde lo hallé en la misma mesa, rodeado de asistentes y guardaespaldas enormes. Goebbels parecía diminuto junto a ellos. Me acerqué para fotografiarlo y fue horrible.

Me miró con un gesto cargado de odio. Sin embargo, el resultado fue una fotografía mucho más fuerte. No hay sustituto para el contacto personal directo con un sujeto, por desagradable que sea.

Me observó con ojos llenos de rencor, como esperando que me derrumbara. Pero no lo hice. Cuando tengo una cámara en la mano, no conozco el miedo”.

No está del todo claro cómo supo Goebbels que Eisenstaedt era judío. Tal vez el apellido lo delató, pues Eisenstaedt sonaba inequívocamente judío, o quizá alguien se lo comunicó y él sacó la conclusión inmediata.

En cualquier caso, la tensión de ese encuentro quedó plasmada en una de las imágenes más reveladoras del Tercer Reich.

Un extracto del propio diario de Goebbels ilustra la magnitud de su odio:

“Los judíos están siendo deportados al Este. Se aplica un procedimiento bastante bárbaro, imposible de describir con más detalle, y no queda mucho de los judíos mismos.

En general, puede establecerse que alrededor del 60 % debe ser liquidado, mientras solo el 40 % puede ser utilizado para trabajar […] Se está llevando a cabo un juicio sobre los judíos que es bárbaro, pero plenamente merecido”.