Este viaje de 17 días por el sudeste asiático siguió el siguiente itinerario.
Aterrizamos el 2 de agosto en Hanoi, la actual capital de Vietnam. Como no existe conexión directa entre España y Vietnam tuvimos que hacer escala en Doha, considerado uno de los aeropuertos más bonitos del mundo. Nada más llegar a destino, y cansados de tantas horas de vuelo, nos encontramos en Hanoi, una ciudad completamente caótica por el exceso de motos circulando sin reglas por el asfalto. En fin, este día fue una toma de contacto radical que nos sirvió a todos para ponernos bien alerta.
El día 3 acudimos al Museo del líder comunista Ho Chi Minh. Allí recibimos una charla turística otorgada por un par de estudiantes muy dispuestas a compartir en inglés todo su conocimiento sobre la historia de su país. En esta misma zona, visitamos también la icónica Pagoda del pilar único. Por la tarde visitamos el West Lake, que cruzando el famoso puente rojo te adentras en la Pagoda Tran Quoc.
El día 4 realizamos un crucero por las aguas de la Bahía de Halong. Está considerado como una de las siete maravillas del mundo natural. Allí llevamos a cabo un sin fin de actividades, entre las que se encuentran: ver una cueva con espectaculares vistas, kayaks al rededor de una isla, darse un baño en la bahía, pesca nocturna de calamares, entre otras.
El día 5 llegamos a Ninh Binh, al norte de Vietnam. Una guía turística muy maja, Mai, nos enseñó Mua Cave. Esto es una montaña que se puede llegar a su cima ascendiendo más de 500 escalones, y que se ve recompensada su subida con unas increíbles vistas 360º de todo el valle. 100% recomendable.
El día 6 nos dieron un paseo en barca en Tam Coc, famoso por remar con los pies.
El día 7 se voló hacia Chiang Mai, Tailandia.
El día 8 visitamos el casco histórico de Chiang Mai, que cuenta con dos templos famosos: el Wat Chedi Luang y el Wat Prha Sing. Ahí se ven muchos monjes budistas y tuvimos la suerte de poder hacernos la foto con uno de ellos.
El día 9 fuimos en furgoneta hacia el norte del país, casi lindando con la frontera birmana, hasta llegar a Chiang Rai. De camino paramos en Mae Salong, una aldea china. Por la noche pudimos disfrutar de un espectáculo de luz y sonido en la Torre del reloj situada en el centro de la ciudad de Chiang Rai.
El día 10 visitamos los alrededores de Chiang Rai, concretamente los tres templos más famosos de la zona. El primero fue el Templo Azul. Dentro del templo se encuentra un buda de color azul. El segundo templo fue Wat Huay Pla Kang, que se tiene la opción de subir a lo alto de la estatua de la Diosa de la Piedad. Increíble la vista desde ahí. El tercer y último templo, el mejor a opinión de muchos, fue el Templo Blanco. Está construido todo con un blanco brillante que simboliza la sabiduría de Buda. Personalmente, me sorprendió mucho.
El día 11 viajamos a Sukhothai.
El día 12 realizamos un paseo en bici por el Parque Histórico de Sukhothai. Aquí se encuentran los restos de los templos mejor conservados del país. Dentro del recinto, pudimos apreciar unos enormes lagartos muy similares a los dragones de comodo.
El día 13 entramos al Parque Nacional de Khao Yai. Realizamos una ruta andando por plena selva, en donde pudimos ver un escorpión enorme, gibones (monos sin cola) y una cantidad exagerada de sanguijuelas. Por la noche nos montamos en un safari nocturno, en donde pudimos ver un par de puercoespines, decenas de monos, ciervos y algo así como una mofeta. Día de aventura total.
El día 14 llegamos a Bangkok. Por la tarde, tuvimos el placer de subir a la torre más alta del país: Torre Mahanakhon, de 314 metros de altura. Desde ahí arriba se tienen vistas 360º de toda la capital tailandesa. Contemplamos un espléndido atardecer. Uno de los mejores momentos de este viaje.
El día 15 acudimos a los mercados flotantes de Tailandia. Este lugar nos disgustó a todos por la cantidad de motores de combustión que han incluido en la mayoría de las barcas. Además, se ha perdido la tradición que había de vender productos típicos sobre botes: ahora son simples puestos estáticos por los que el turista va navegando y parando en los que le interese. Por la noche visitamos una calle muy típica de mercados, en los que se pueden encontrar prendas de excelente calidad a un precio muy reducido si se sabe regatear correctamente.
El día 16 visitamos el Gran Palacio Real de Bangkok. Dentro del recinto hay más de 30 edificios. El más destacado es el Templo del Buda Esmeralda. Dentro del templo no está permitido tomar fotografías del Buda. Por la tarde, hicimos un crucero por el Río Chao Phraya en donde nos acabamos animando a bailar con los locales.
El día 17 salimos de Bangkok a las 6 de la mañana con destino a Abu Dhabi, en donde haríamos una escala de tan solo una hora, para retomar el vuelo hasta Madrid. Tras un largo viaje de más de 20 horas llegamos a casa. Un viaje inolvidable que nos deja grandes hazañas y aprendizajes en una compañía insuperable.
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