¿ACUSACIONES al COBRADOR? ¿JUSTICIA Legal o Ataque POLÍTICO?

Roque Espaillat se ha perfilado como un candidato presidencial anti sistema y reformista que promete cambios profundos. Su discurso confronta abiertamente al status político tradicional, al que acusa de corrupción, nepotismo y de velar primordialmente por sus propios intereses en lugar de los de la población.
Esta postura desafiante y su agenda de transformación radical lo han convertido en un polo de atracción para los votantes descontentos con la clase política convencional. Sin embargo, este mismo ímpetu reformista lo ha puesto en la mira de los grupos de poder establecidos.
Los partidos tradicionales, las élites económicas y los grupos de interés que se han beneficiado del statu quo perciben a Espaillat como una seria amenaza a sus cuotas de influencia y privilegios. Temen que su llegada al poder desestabilice las prácticas y estructuras que les han permitido mantener el control por décadas.
Por ello, estas "mafias del poder" han emprendido una campaña de ataques y descrédito contra Espaillat, buscando sembrar dudas sobre su idoneidad y capacidad para gobernar. Ven en sus nuevas ideas y enfoque antisistema un riesgo a sus intereses particulares.
En resumen, la confrontación se da entre el ímpetu renovador que representa Espaillat y los grupos tradicionales de poder que buscan preservar el orden actual del cual se han favorecido históricamente, generando tensiones propias de un proceso electoral disruptivo.