La Dama de Espadas — Alexander Pushkin

En la antigua Rusia, los juegos de cartas eran una actividad social profundamente arraigada en la vida de la aristocracia. No solo servían como un entretenimiento, sino que también representaban un símbolo de estatus y una vía para establecer conexiones y alianzas. Sin embargo, el juego más popular, conocido como Faro, traía consigo un riesgo enorme. En cuestión de minutos, un jugador podía perder fortunas enteras, dejando a muchas familias nobles al borde de la ruina. Este juego, con sus emociones vertiginosas y sus peligros incalculables, se menciona en el relato «La dama de espadas» del célebre autor ruso Alexsandr Pushkin. Aquí el faro no es solo un juego de cartas, sino una metáfora de la vida y del destino que refleja las ambiciones, las obsesiones y la inexorable caída de aquellos que intentan desafiar su suerte.