Botellón es un término que describe la costumbre, aparecida en España en la última década del siglo XX, sobre todo entre los jóvenes, de reunirse en la vía pública para socializar mientras se consumen bebidas alcohólicas. En Cantabria y el País Vasco, esta práctica se conoce como hacer litros, ir de litros o litrar; en la Región de Murcia, se conoce como botelleo, y en Sevilla, aparte de botellón, se usa la expresión comprar un lote (botella, refresco, hielo y vasos) y botellona.
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El fenómeno ha sido estudiado por los sociólogos, que lo definen como: "Reunión masiva de jóvenes de entre 12 y 26 años fundamentalmente, para consumir grandes cantidades de bebida alcohólica que han adquirido previamente en comercios, escuchar música y hablar."
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Esta actividad se realiza en lugares públicos, tales como parques, zonas abiertas de la calle o sitios abandonados. En algunas ciudades, donde el botellón se ha centralizado en algún punto en concreto, se llegan a reunir miles de personas cada fin de semana, pasando estos lugares a ser comúnmente llamados botellódromos por los medios de comunicación. En otras, como en el caso de Madrid, la persecución ha llevado a realizar botellones en el metro, lo que los convierte en botellones itinerantes.
Para abaratar el coste de la bebida, se consume el alcohol en botellas y tetra brik de aproximadamente un litro de capacidad, con hielo y vasos de plástico, antes de dirigirse a pubs, discotecas o conciertos, locales donde el precio de las bebidas suele ser considerablemente más caro. Muchos jóvenes optan por la práctica del botellón para evitar el consumo del llamado garrafón, o alcohol adulterado.
El botellón se practica principalmente en España, sin apenas distinción alguna por regiones, aunque, dado que es una actividad realizada al aire libre, las condiciones meteorológicas son cruciales para la misma. También existe la tendencia, entre los abstemios, a acudir a estos lugares por la concentración de gente y con el fin de consumir refrescos, zumos y otras bebidas no alcohólicas, en lo que ellos mismos han venido a denominar botellón light o botellón sin.
En el norte de España existe una práctica que consiste en mezclar bebidas en botellas vacías de refrescos y de agua, obteniendo sobre todo calimocho. En este caso no se utilizan vasos ni hielo, ya que cada persona tiene su propia botella, generalmente de dos litros de capacidad, con la mezcla hecha, de la cual bebe directamente. Esta costumbre es conocida como hacer litros, litrar o echar los litros.
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La práctica de botellones masivos dio lugar a cientos de críticas por parte de las autoridades y principalmente de los padres y madres de los implicados más jóvenes, así como también de los vecinos, por el ruido producido hasta altas horas de la madrugada y la suciedad generada. Asimismo, la pérdida de control inducida por la intoxicación etílica y el contexto masivo llevaban asociados con frecuencia actos de vandalismo, rotura de mobiliario urbano y peleas, además de frecuentes restos de micciones en espacios públicos. Por otra parte, esta práctica contribuye a adelantar la edad de inicio en el consumo de alcohol y de las primeras borracheras entre los jóvenes.
Debido a los problemas sociales que generaban este tipo de actividades, el Ministro del Interior de España (de quien dependía entonces el Plan Nacional sobre Drogas) propuso en febrero de 2002 la conocida como ley antibotellón, que prohibía el consumo de bebidas alcohólicas en la calle y regulaba los horarios de venta y de promoción del alcohol. Ante las resistencias y críticas planteadas, esta ley no se aprobó, y, tras la siguiente remodelación ministerial, el gobierno socialista abandonó discretamente el proyecto. Sin embargo, diversas comunidades autónomas aprobaron regulaciones que iban en la misma dirección, especialmente en lo referido a limitar los horarios de venta de bebidas alcohólicas en comercios y el consumo de bebidas alcohólicas en la calle, como medida principal, con multas de 600 euros en Madrid, la Comunidad de Madrid, Castilla y León, Canarias, Comunidad Valenciana y el País Vasco.
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