💚 Los últimos cabreros trashumantes del Señorío de Molina 🐐🐐🐐🐐

Situada al nordeste de la provincia de Guadalajara, Molina de Aragón es un tesoro por descubrir. Sus aldeas, llenas de vida durante el verano, nos trasladan a la Edad Media.

Las condiciones geográficas que se dan en el Alto Tajo y en algunos pueblos del antiguo ducado de Medinaceli, propiciaron que desde la antigüedad se formase un sistema de aprovechamiento de pastos muy original.

El señorío de Molina tiene excelentes bosques caducifolios de roble, rastrojeras de cereal y sabinares que producen muy buenos pastos para las cabras durante la época de verano pero son muy fríos durante el invierno.

En la cabecera del Alto Jalón predominan los sabinares y los encinares. Son un tipo de monte más caliente y de hoja perenne que produce buenos pastos para el ganado cabrío durante la temporada de otoño e invierno.

Estas circunstancias motivaron que durante generaciones se produjesen movimientos trashumantes de familias enteras de cabreros que se desplazaban con sus cabras hasta las localidades sorianas de invernada.

Gentes de Establés, Rata, Ciruelos, Aragoncillo, Selas, Ablanque, Tobillos, Anquela, Mazarete, Concha, Anchuela, Canales, Luzón y otras aldeas se desplazaban hasta Codes, Mochales, Judes, Chaorna, Montuenga, Sagides o Iruecha, estos últimos pertenecientes a las provincias de Soria.
Se dió la circunstancia que fruto de estos desplazamientos de naturaleza trashumante se originaron durante el siglo XX numerosos matrimonios mixtos entre gentes de ambos territorios.

Los últimos cabreros que realizaron esta práctica eran originarios de la localidad de Canales de Molina, y cada año arrendaban los pastos de invierno de la localidad de Iruecha.

Con la pérdida de esta actividad ganadera los chozones sabineros y las parideras de este territorio desaparecen poco a poco. Con una política agraria adecuada en cada pueblo podría haber varias casas abiertas.