VENGO por TI

Una noche, un hombre llegó a su casa después de un día muy difícil en su trabajo, por lo que estaba muy estresado y cansado, el hombre pensó en como desearía poder descansar un día de todo eso.

Entró a su casa y se sentó a ver un rato la televisión, pero los niños estaban jugando y sus gritos y los ruidos que hacían jugando no le dejaban escuchar y esto enojó al hombre y les dijo:

- ¡No me dejan escuchar la televisión! ¿no podrían hacer silencio?

Y el hombre nuevamente pensó:

- Desearía poder descansar de todo esto un día.

Decidió irse a dormir, pero antes de eso se daría un baño, pero al llegar se dio cuenta de que uno de sus hijos estaba adentro y tuvo que esperar un largo rato a que saliera.

Cuando finalmente estaba en su cama, listo para descansar, tuvo una discusión con su esposa, porque el dinero no alcanzaba. El hombre estaba a punto de colapsar, sentía que no podía con tanto peso, era muy difícil soportar tanto, asi que pensó nuevamente con sus ojos cerrados:

- Desearía poder descansar de todo esto un día.

Y para su sorpresa sintió que alguien estaba a su lado, abrió los ojos y descubrió a un ángel parado junto él que le dijo con una sonrisa:

- Hola, he venido por ti.

El hombre le dijo asustado:

- ¿Quién eres? ¿cómo entraste a mi casa?

Y el ángel le explicó con afecto:

- Soy un ángel de Dios, me envió para llevarte con él a descansar, él ha escuchado tus quejas y tus deseos de descansar de todo.

Entonces el hombre supo que su día había llegado y el ángel continúo diciendo:

- Te llevaré al cielo, allá no tendrás que preocuparte por tu trabajo, ya no sentirás estrés, tampoco te molestará más el ruido que hacen tus hijos al jugar, no tendrás que esperar para ir al baño ni volverás a discutir con tu esposa.

El hombre preguntó preocupado:

- ¿Pero qué pasará con mi trabajo? ¿cómo harán sin mí?

El ángel le dijo con una sonrisa tranquilizadora:

- No debes preocuparte, en solo una semana alguien ocupará tu puesto y hará tu trabajo con entusiasmo porque pasó mucho tiempo desempleado y tus jefes estarán muy felices y complacidos con el nuevo empleado.

El hombre preguntó:

- ¿Y mi esposa y mis hijos? Van a estar solos ¿qué será de ellos?

Y el ángel volvió a tranquilizarlo:

- No te preocupes, estarán tristes, pero tu esposa conocerá a alguien más que la amará y respetará, verá a los niños como si fueran sus propios hijos, se hará cargo de ellos y los amara, no te preocupes por tu familia, porque con el tiempo serán felices de nuevo.

Entonces el hombre empezó a gritarle al ángel, angustiado:

- ¡No me puedes llevar! Es muy pronto, tengo muchas que hacer todavía, por favor, no me lleves.

Y el ángel le dijo:

- Lo siento, ya la decisión está tomada, Dios escuchó tus deseos y me envió por ti, no puedo hacer nada.

El hombre gritó más fuerte:

- ¡No! Por favor, no me lleves, no quiero irme.

Hasta que escuchó otra voz que decía:

- Cariño, ¿estás bien? ¿qué sucede? Es solo una pesadilla.

El hombre se dio cuenta de que era la voz de su esposa, y le dijo:

- No, no fue una pesadilla, fue una segunda oportunidad para poder disfrutar de tu amor y el de nuestros hijos, disfrutar de la suerte de tener un buen empleo y una segunda oportunidad para disfrutar de todo lo hermoso que tiene la vida.

Desde ese día el hombre valoró más todas las cosas buenas de la vida y no volvió a desear descansar de todo.

¿Cuántas veces nos quejamos de nuestro trabajo? Y no valoramos lo realmente importante, que tenemos un trabajo, olvidamos que muchas personas no tienen uno y desearían tenerlo.

Nos quejamos de nuestros hijos y nuestra familia, mientras que muchas personas han perdido a la suya o están lejos de ella.

Recuerda que los problemas que para ti son grandes, para otros podrían ser muy pequeños comparados con los suyos, agradece a Dios la vida que tienes.

Narración: Liliana Gonzalez

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Música:
Kevin MacLeod (incompetech.com)
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