El rey Benjamín se dirige a su pueblo | Mosíah 1–5

Un profeta del Libro de Mormón, el rey Benjamín, reúne a su pueblo para que lo escuchen predicar el evangelio de Jesucristo por última vez. El pueblo coloca sus tiendas cerca del templo en Zarahemla. El rey Benjamín enseña que, cuando las personas se prestan servicio unas a otras, están sirviendo a Dios.

El rey Benjamín declara que un ángel de Dios se le apareció y le dijo que el Hijo de Dios vendría a la tierra. Su nombre sería Jesucristo y Él haría milagros y redimiría a Su pueblo. Los que se vuelvan al Señor pueden quedar limpios de pecado.

El pueblo cree las palabras del rey Benjamín y ora a Dios. Sienten pesar por sus pecados y piden a Dios que los perdone. Sienten gran paz y gozo al hacer convenio con Jesucristo.

El rey Benjamín ve que el pueblo ha nacido espiritualmente de Dios. El rey los exhorta a recordar la manera en que se sienten y a recordar que solo pueden ser salvos por medio de Jesucristo. El rey les enseña a creer en Dios, creer que Él existe y creer que Él creó los cielos y la tierra. Exhorta a todos a cuidar de los pobres y necesitados.

El rey Benjamín nombra nuevo rey a su hijo, Mosíah.

Basado en Mosíah 1–5.

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