La Voz del Corazón

En una clínica de un famoso cirujano cardiólogo, la secretaria le informó que un hombre anciano, que parecía muy pobre, deseaba hacerle una consulta, venia recomendado por un médico de un hospital público.

El médico aceptó hablar con él, pero solo después de haber atendido a todos los pacientes que tenía citados.

Después de varias horas de espera, finalmente el médico hizo pasar al anciano, para que este le explicara el porqué de su visita.

- Buenas tardes Doctor, he venido porque tengo un problema del corazón y un médico del hospital público me ha dicho que usted es el único que podría hacer algo al respecto, ya que tiene los equipos y el conocimiento suficiente – dijo el anciano.

El médico revisó los estudios que trajo consigo el anciano, después de revisarlo todo dijo:

- En el hospital público tienen razón, es una operación sumamente complicada, puedo asegurarle que este es uno de los pocos lugares del mundo en donde puede realizarse. Me permite la información de su seguro.

- Ese es el problema Doctor – dijo el anciano – Yo no tengo seguro, ni dinero, como vera soy un hombre muy pobre, además no tengo familia. Me preguntaba si usted y sus colegas podrían ayudarme.

El cirujano se sintió indignado, ¿qué pensaba el médico del hospital al enviar a un hombre sin dinero a su clínica?

Después de tantos estudios y trabajo duro había logrado el prestigio y conseguido construir todo lo que tenía, todo su esfuerzo debía ser recompensado.

Escribió una nota donde le explicaba al médico del hospital que no podía cumplir con su pedido porque su clínica era privada y de mucho prestigio.

Cuando el anciano salió de su oficina, el medicó notó que este había olvidado una carpeta, la revisó y vio que estaba llena de poesías, entre todas las hojas había una nota suelta que llamó su atención, en ella estaba escrita la frase: “El órgano que mejor habla es el corazón” y estaba firmada por Jorge Guzmán.

El medico quedó fascinado con la frase, pero aún más con el nombre del autor, pues le hacía recordar sus tiempos de juventud, cuando en primaria, su maestra les leía sus hermosos cuentos infantiles.

En la secundaria, la profesora de literatura les enseñaba sus bellísimas poesías, con una de las cuales, al dedicarla a una de sus compañeras, se enamoraron y así tuvo su primera novia, como olvidar todo eso si fue parte importante de su maravillosa infancia.

Pasó una semana y después de un largo día de trabajo, la secretaria entró a su oficina con un periódico en sus manos y con cara de tristeza le dijo:

- ¿Se ha enterado de lo que ha pasado?

- No, dime ¿Qué ha pasado? – Preguntó el doctor con cara de preocupación.

- Jorge Guzmán, el escritor, ya no está con nosotros, lo encontraron en un banco de la playa del ayuntamiento, tenía 88 años el pobre hombre.

El Doctor suspiró de pena y dijo:

- Es una lástima, hombres como él no deberían irse nunca. Que Dios le de paz. Vaya, me hubiera gustado conocerlo.

- Pero Doctor, ¿acaso no lo recuerda? – dijo la secretaria y mostrándole una fotografía en el periódico continúo diciendo – Era el pobre anciano que vino la semana pasada a su consultorio. Fue un conocido escritor que, por circunstancias de la vida, terminó solo. Es una lástima.

El Doctor le pidió que lo dejara solo para pensar.

Cuando la secretaria salió de la oficina no pudo contener las lágrimas.

Lloró como jamás había llorado antes, como aquel niño que llevaba en lo profundo de su ser. Por largo rato estuvo en silencio sentado.

Tomó una imagen de Cristo que tenía en su escritorio y besándola dijo:

- 'Perdón Señor, no soy digno de Ti, no soy digno de que Me mires. Todo lo que tengo, Te lo debo. Me enviaste a un pobre y me habló con la voz del corazón. Yo lo escuché con el oído del egoísmo.... mi vergüenza es grande.... Perdóname Señor'.

Con el pasar de los años, la 'Clínica Jorge Guzmán, como se llama desde entonces, se hizo mucho más famosa. El médico habilitó un sector para la atención de los pacientes sin seguro médico y él personalmente practica las operaciones.

¡Cuántas veces nos habrá pasado lo mismo a nosotros! Nos han hablado con la voz del corazón y no hemos oído.... hemos sido egoístas con nuestros hermanos...

Pidámosle a Dios que no nos pase como a este pobre médico.... que, habiendo curado tantos corazones, no ha sabido 'escuchar al suyo...'.

Escrito original por Lili1623
Narración: Liliana Gonzalez

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