El boicot de Capriles a María Corina

Lo de Henrique Capriles es difícil de comprender. Al menos a simple vista. Después de haber prometido máxima unidad tras la victoria en las primarias de María Corina Machado, no ha desperdiciado oportunidad para minimizar su liderazgo.

Y esa deriva de no reconocer la legitimidad de María Corina como la única líder política que puede rematar al chavismo y reconducir una transición lo ha llevado a enfrentarse con la dirección de su partido Primero Justicia y ha terminado con la renuncia a la dirección de su organización.

Henrique Capriles, reacio a reconocer el liderazgo de María Corina y enfrentado con el otro sector del partido que sí la reconocen, ha decidido marcharse de la dirección no sin antes acusar a sus dirigentes, especialmente a Julio Borges, a quien acusa de hacer una guerra sucia en los medios contra otros dirigentes de su partido. Y, además, Capriles anuncia que probablemente algún día explique las verdaderas razones de su salida del partido. Estaremos atentos.

Pero para nadie es un secreto en esa agrupación, que el partido estaba dividido entre quienes apoyaban a María Corina y quienes pretenden desconocer su liderazgo.

Capriles ganó unas elecciones presidenciales contra Maduro hace ya 12 años pero no supo o no pudo demostrar su victoria, enfrió la calle y ahora, ante una líder que sí demostró la victoria con pruebas, mesa por mesa, emprende una batalla política para minimizar su ámbito de acción.

Tras la victoria aplastante de María Corina Machado en las elecciones primarias, tras su campaña impoluta, impresionante, y tras su victoria electoral contra Maduro, usando a un candidato sustituto hasta ese momento desconocido, Edmundo González, Henrique Capriles se niega a reconocer el liderazgo y el momento de María Corina Machado.

Capriles asegura que está harto de la dictadura dentro del partido y se mostró muy crítico con la expulsión de Eudoro González, el hombre que, según el diario El Mundo de España, podría ser un doble agente que trabaja para la dictadura.

Tras el mayor fraude en la historia electoral probablemente del mundo, Capriles quiere pelear por alguna alcaldía o alguna gobernación. Esa es su apuesta en el momento histórico que vive Venezuela que lucha en guerra prácticamente de vida o muerte por sacar del poder a una dictadura que perdió las elecciones.