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A mediados del siglo XIX ya se pensó coronar con una estatua del navegante la columna erigida en la plaza del Duque de Medinaceli, que finalmente se dedicó al almirante Galceran Marquet.
La iniciativa revivió posteriormente. Partió de Antonio Fages i Ferrer, promotor cultural y curioso personaje que celebraba fiestas en su honor y, como no, el 12 de octubre...vestía de etiqueta, todo por su amor a la figura de Colon.
Fagues convenció a Carles Pirozzini i Marti que sería nombrado como uno de los secretarios de la Exposición Universal de 1888 . Éste transmitió su entusiasmo al alcalde Rius i Taulet que aceptó el proyecto. (1853)
Eran tiempos de la Primera República y el lugar escogido sería la Plaza de la Junta Revolucionaria donde había un monumento a la Paz. Hoy el lugar se conoce como Portal de la Pau.
Con el golpe de estado del general Martinez Campos (1874), que puso fin a la República con la restauración de Alfonso XII la idea quedó aplazada.
Barcelona estaba en plena “febre d´or”. Habían llegado inmensas fortunas de los indianos tras la independecia de las colonias..
En 1881 el ayuntamiento creó un concurso proyectos para retomar la construcción del monumento.
Se presentaron 28 y los finalistas fueron Gaietà Buïgas i Monrava y Maurici Auger i Robert lo que no convenció y se volvió a convocar otro concurso …y otra vez salieron elegidos los mismos candidatos…
Por precio, se decidió continuar con el proyecto de Buïgas, padre del que en 1929 diseñará la fuente mágica de Montjuich : una gran columna para que se viese de todas partes. Era una idea parecida al Nelson de Trafalgar Square o la Colonne de Juillet en París.
La obra se presupuestó en un millón de pesetas y se pensó financiar mediante una suscripción popular que sólo recaudó 165.000 pesetas.
Al final, las obras fueron sufragadas sobre todo por el Ayuntamiento que aportó 231.000 ptas, la Diputación y el gobierno, contribuyó ofreciendo 30 toneladas de bronce de algunos cañones de Montjuich para su fundición.
También colaboraron el ayuntamiento de Premià, con 25 pesetas, el rey Alfonso XII con 5000, Salamanca con 225 pesetas, el marqués de Comillas, propietario del Palau Moja, nada menos que con 20000 pesetas y el consulado americano contribuyó con 500 pesetas... poco menos de 3 euros de hoy en día...
El 26 septiembre de 1882 se colocó la primera piedra del monumento. Se escavaron 5 metros para crear unos buenos cimientos.
Las obras fueron el foco de atención de los barceloneses durante todo el proceso , sobre todo cuando vieron como se alzaba un altísimo andamiaje encargado al ingeniero JOAN TORRAS I GUARDIOLA.
La estatua tuvo diferentes diseños. El primero fue una imagen de Colón sosteniendo un estandarte, obra de Büigas, que finalmente realizó Rafael Atché . El fue quien propuso un cambio: que Colón levantara su brazo equilibrando así mejor la escultura.
El famoso dedo del almirante mide 50 centímetros, algo desproporcionado para la escala de la estatua, se hizo a propósito para que pudiese verse bien desde toda Barcelona.
La estatua del almirante se fundió en los talleres Can Solà y Vidal y Compañía . En 1965 la estatua será restaurada por Josep Miret, el escultor del Sagrado Corazón de Jesús del Tibidabo.
Las 8 piezas de la columna, de 25 toneladas cada una, salieron de la fundición Wohlguemuth hacia el Portal de la Pau tiradas por dos grandes filas de caballos. Cuanto más subía la columna más expectación creaba.
El culmen fue en 1887 cuando se transportó la estatua de Colón hasta el pie del monumento en construcción.
Las obras duraron 7 años! El monumento media casi 60 metros y la columna pesaba 205 toneladas y fue una de las construcciones más arriesgadas que se habían hecho hasta entonces en la ciudad.
Barcelona estaba remodelando la zona del litoral y el monumento iba a ser uno de los iconos de la próxima exposición universal.
El monumento fue inaugurado por la reina regente María Cristina el 1 de junio de 1888 a pesar de que el monumento no estaba totalmente acabado, faltaba el ascensor que llevase al mirador superior.
Estuvieron presentes en el acto Práxedes Mateo Sagasta, presidente del Consejo de Ministros, el rey Humberto I de Italia, el presidente americano Grover Cleveland y el alcalde de la ciudad de Génova.
Tras la Exposición, en 1889 , a lo largo de la columna, en su interior, Josep Tintorer y Josep Richmond instalaron el primer ascensor que vio la ciudad de Barcelona.
El día de su inauguración, (el 24 de enero de 1889), el ascensor sufrió una avería, atrapando al alcalde Rius y Taulet, que tuvo que ser rescatado por los bomberos.
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