21 Normas del GMA UN ALMA EN CRISTO (1989) Libro 2

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📕 Libro II Un alma en Cristo



6 de abril de 1989 (II)



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Tengo miedo. De pronto me veo envuelta en algo que me asusta. Somos quince en el Grupo de María Auxiliadora (GMA) y yo tengo que dirigirlo. Veo que debo ser exigente, dura, para que el Grupo siga adelante, a pesar de mí misma. Mis fuerzas son pocas. Cuento con la ayuda del Señor y de la Virgen. Le he pedido unas normas adaptables a lo que se nos pide en las clínicas y hospitales, ya que de no ser así, no se nos permite la entrada.








Escribe, hija mía. No debes nunca contar con tus fuerzas. Yo estoy en ti, y en cada momento te daré la luz para ir adelante. Exijo, eso sí, tu total entrega. No es de extrañar que te sientas como te sientes. Sabes muy bien a qué te expones y cuánto exijo de ti. Por algo te he preparado personalmente. Tú, escogida como apóstol de Cristo, –preparada por Mí; por Mí, como preparé a los Doce– debes estar dispuesta a tu total inmolación. Vivir en Mí y vivir mi evangelio es inmolarse por su Dios y por el prójimo, como ya te he dicho muchas veces. Yo me ocuparé de tus cosas, de tu familia, de ti y del Grupo de María Auxiliadora. Escribe unas normas de conducta, que se exigirán a las personas del Grupo:



1. No se aceptarán regalos: ni dinero, ni ningún obsequio por los servicios que se prestan al prójimo.



2. No se obsequiará ni regalará nada; ni se harán demostraciones de cariño a nadie. El amor se manifestará cuidando, acompañando y ayudando.
Si la persona está necesitada, se buscará la ayuda para el caso de las asistentes sociales o de los ayuntamientos o instituciones. Y de ser insuficiente, se prestará ayuda, pero siempre colectivamente.



3. Se respetarán las normas de clínicas y hospitales impuestas por la dirección.



4. Se debe guardar absoluta obediencia a la Directora del Grupo. Ella, en todo caso, estará en contacto con la dirección de las clínicas para saber siempre cómo se comporta el Grupo, y cómo mandarlo.



5. La ayuda del Grupo de María Auxiliadora se hará ampliamente, no sólo en hospitales y clínicas, sino en todo lugar.
El compromiso es conmigo; debe ser como unos votos para hacer el bien y vivir en Mí.



6. No debéis olvidar que hay muchas formas de evangelizar. Los primeros cristianos se ocultaban en las catacumbas para hablar de Mí. Hoy se os prohíbe en las clínicas y hospitales hablar de Dios y debéis obedecer. Pero no os deis por vencidos. Pensad que si vais ayudando gratuitamente, estando al lado del que sufre, sea creyente o no, le prestáis una obra de misericordia, que en su día os será premiada en mi presencia. Y si alguien muere sin sacramentos, orad al Padre para que, por vosotros, tenga misericordia de aquella alma. Hacedle la señal de la cruz en la frente y orad
Mirad que si no estáis vosotros, nadie pedirá por esa alma, ni le hará la señal de la cruz; esto es ya una labor. Trabajad sin angustias pensando que Yo no juzgaré por el número de los que hayáis salvado, sino por el esfuerzo que hayáis puesto y la voluntad.



Os amo a todos. No debéis dudar de que la vuestra es una obra mía. Y que estoy a la cabeza del Grupo. Y que mi santa Madre está entre vosotros. Y que trabajáis para Mí.



Grupo María Auxiliadora (1989). Un alma en Cristo Libro II