eoloe - 093 - 02/01/2023 - Cubiertas vegetales en nuestro olivar tradicional.

Dos de enero del año de nuestro Señor, dos mil veintitrés.
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Los ciento cuarenta y cuatro litros por metro cuadrado caídos durante el pasado mes de diciembre, han dejado la tierra en un estado óptimo de humedad para labrarla y definir las cubiertas vegetales que mantendremos en el centro de las besanas, hasta que el calor del verano las seque por completo.
Actualmente, las fincas de olivar tradicional y de montaña tienen numerosos inconvenientes de muy diversa índole. Pero una de sus valiosas ventajas reside en que sus amplios marcos de plantación, permiten conformar cubiertas vegetales de unas dimensiones que contribuyen muy significativamente a evitar escorrentías, preservar la fauna y la flora que habitan este tipo de olivares y, consecuentemente, contribuir a la conservación del medio ambiente.
Además, realizar este trabajo utilizando un apero de labranza como nosotros lo hacemos, evita la utilización de herbicidas, impide la contaminación del suelo y contribuye a oxigenar la tierra mediante una labor que beneficia muy significativamente a los olivos. Así como ha hacerla mucho más permeable a la lluvia, que dejándola sin labrar. Por estos motivos, continuaremos removiendo superficialmente los suelos más próximos a los árboles, puesto que no tenemos ninguna duda de que el gasto económico que conlleva, conseguimos amortizarlo con los beneficios que genera.
A aquellas parcelas cuyo terreno tiene inclinación en dos direcciones, les conformamos las cubiertas vegetales en ángulo recto, para que éstas resulten más eficaces en la contención del agua. José Luis Jiménez realiza este cometido, utilizando siempre para ello el Tractor New Holland de orugas que se adapta a todo tipo de terrenos y pendientes.
El marco de plantación que predomina en nuestra finca “Minguillao” es de 8 x 8 metros, es decir, únicamente ciento cincuenta y seis olivos por hectárea. Lo que nos posibilita dejar cubiertas vegetales de tres metros de anchura en todas y cada una de las calles existentes entre cada dos hileras de olivos. Ya que el cultivador que utilizamos para ello, alineado junto a los troncos de los olivos, consigue desbrozar únicamente dos metros y medio a cada lado de los mismos, con el fin de que la hierba que nace en esas franjas de terreno no compita con ellos y, por lo tanto, no afecte ni a su alimentación ni a su crecimiento.
Lo ideal es delimitar las cubiertas vegetales cuando la hierba tiene solamente unos pocos centímetros de altura, como hemos podido hacer en esta ocasión. Pero esto no es posible realizarlo cada año en las mismas circunstancias, ya que depende de la fecha en la que llueva y comience a nacer y de la posibilidad de compaginar esta labor con la prioridad que requieran otros trabajos agrícolas que estemos llevando a cabo entonces.
Muchas gracias por visualizar este vídeo y que todo le vaya muy bien.
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